viernes, 10 de julio de 2015

Hilo y soga

 “¡Qué importa que el pájaro esté atado a un hilo o a una soga! Por muy sutil que sea el hilo, el pájaro quedará atado como a la soga, hasta que no logre cortarlo para volar. 

Lo mismo vale para el alma apegada a algo: no obstante todas sus virtudes no alcanzará nunca la libertad de la unión con Dios”

San Juan de la Cruz


Juan de la Cruz, sublime maestro de vida espiritual, nos recuerda algo esencial en el camino espiritual. Por ser algo esencial es algo que encontramos en todas las tradiciones espirituales y en el camino de cada ser humano. Hablamos de la relación entre apego y libertad. 
Podemos decir que el camino espiritual es un viaje desde el apego hacia la libertad.
El apego tiene sus hondas raíces en nuestra psique, nuestra historia, nuestras heridas. El camino es largo, pero hermoso. Vivimos apegados a miles de cosas: personas, sentimientos, bienes, afectos, situaciones, emociones, mi imagen, los juicios de los demás...
Juan de la Cruz nos dice que la unión plena con Dios es fruto de la plena libertad: no importa cuan sutil sea mi apego. Siempre es apego. Lo que hay que desarmar es el apego mismo, no lo grande o importante de la realidad a la cual estoy apegado. 

Por su trascendencia volveré a menudo en este blog sobre este tema. Empezamos a caminar...sin duda el primer paso es la toma de conciencia: ¿por donde van mis apegos? ¿A que realidades estoy más apegado? ¿Quiero ser libre?


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