viernes, 2 de octubre de 2015

Resultados distintos

"No hay mayor signo de demencia, que hacer la misma cosa una y otra vez, y esperar que los resultados sean distintos

Albert Einstein



El amigo Einstein nos regala una pista para empezar nuestra jornada.
Parece lógico pero, como pasa a menudo, lo más sencillo nos parece demasiado obvio como para ponerlo en práctica, para transformarlo en vida.
En muchos campos de nuestras vidas seguimos repitiendo lo mismo y esperamos que las cosas cambien. Eternamente insatisfechos caemos en la queja: no por nada hasta un libro de la Biblia se llama "de las lamentaciones".
¿Por qué no intentar algo nuevo? 
¿Cuales miedos nos atrapan?
Cada cual puede revisar en cuales aspectos de su vida sigue haciendo lo mismo y por donde van sus quejas.

Yo simplemente quiero subrayar la pastoral de la iglesia.
Por siglos hemos predicado lo mismo y nuestra pastoral, nuestra manera de evangelizar, quedó estancada. 
Por no hablar de la liturgia y la catequesis. 
Y nos quejamos de la poca gente, de que siempre somos los mismos y que no hay un verdadero crecimiento espiritual.

Se están dando signos de apertura y se habla justamente de "conversión pastoral": ¡el Espíritu está abriendo caminos nuevos!

Es verdad que la misión de la iglesia consiste en anunciar siempre lo mismo: Jesucristo muerto y resucitado. Pero esta no puede ser una excusa para no buscar maneras nuevas y actuales para expresar lo mismo.
No hay que perder de vista lo central: Jesucristo es siempre nuevo. Dios es Novedad Absoluta, aquí y ahora. El mismo Cristo evoluciona con la humanidad, por el simple hecho de que Cristo y la Humanidad son Uno.
Tal vez el primer paso para intentar hacer algo nuevo es mirar con ojos nuevos. Dios está creando el mundo en este preciso instante: si lo veo todo será nuevo. Desde ahí encontraré también formas nuevas en el actuar que traerán resultados distintos.
"Yo hago nuevas todas las cosas" (Ap. 21, 5).



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