martes, 16 de febrero de 2016

Observar

"Mucha observación y poco razonamiento conducen a la verdad, poca observación y mucho razonamiento conducen al error"


Alexis Carrell






La intuición de Carrell es fenomenal y es preparada y atestiguada por todas las religiones y las tradiciones espirituales de la humanidad: ¡tan importante es!

Nuestra desviación occidental hacia el racionalismo y la absolutización de la razón nos alejan de la verdad y nos ciegan. No logramos ni ver que no vemos.

La razón perdió su papel de instrumento para expresar e investigar humildemente la verdad y se volvió dueña y señora. Las consecuencias - a veces terribles - las tenemos a la vista.

Observar sin juzgar previamente nos hace percatar de algo extraordinario: la vida se nos regala a cada instante. Todo es gratis. Se habla de una observación detenida, atenta, constante. Y una observación no solo exterior, sino también interior: ponerse como observador de uno mismo. 
Observamos la vida que fluye en este momento, observamos que el Amor va creando la vida a cada instante.
Desde ahí podemos razonar, no antes.

Generalmente nuestro proceso es opuesto: imponemos a la vida nuestros estrechos y limitados pensamientos. 
Razonar sin observar es como encerrar a la vida en una celda y creer que solo esta es vida.
En realidad nuestro razonar es siempre relativo, condicionado, pasajero. 

Cuando en cambio nos ponemos en el lugar del observador nos situamos automaticamente más allá del pensamiento.
Nos vivimos y nos percibimos desde el lugar donde brota la vida y donde el Amor está fluyendo, libre y creativo.
Entonces la razón vuelve a su papel de herramienta a servicio de la vida y puede brindarnos cosas brillantes. 

Jesús lo comprendió y así lo vivió: "Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que los pájaros! ¿Y quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un instante al tiempo de su vida? Si aun las cosas más pequeñas superan sus fuerzas, ¿por qué se inquietan por las otras? Fíjense en los lirios: no hilan ni tejen; sin embargo, les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana es echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! Tampoco tienen que preocuparse por lo que van a comer o beber; no se inquieten, porque son los paganos de este mundo los que van detrás de esas cosas. El Padre sabe que ustedes las necesitan. Busquen más bien su Reino, y lo demás se les dará por añadidura." (Lucas 12, 24-31).

Observa quieto y en silencio: verás al Amor. Verás que todo está bien, profundamente bien. 

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