sábado, 2 de abril de 2016

Vivir y creer

"No hay ninguna diferencia entre vivir y creer en Dios"

Christian Bobin





El gran don de los poetas de la vida es expresar en pocas palabras verdades eternas y regalarnos pedazos de cielo.
Christian Bobin es uno de esos espíritus. Le agradecemos la fantastica intuición que hoy nos regala.

Lo que nos dice Bobin es de una importancia fundamental, especialmente en nuestro tiempo.

Hicimos de la fe una doctrina. Encerramos el amor en fórmulas. Limitamos a Dios a nuestra estrechez mental. Caímos en la prisión de un intelectualismo estéril. Tapamos la frescura de las palabras del Maestro en el frasco aséptico del catecismo.

Es hora de volver a vivir. Es hora de volver a la vida. Es el momento de oler la tierra mojada y dejar el moho de las fórmulas. Es el momento de volver a respirar a Dios y dejar a los dioses muertos.

En realidad no hay diferencia entre vivir y creer. Lo que llamamos "Dios" en realidad lo podríamos tranquilamente llamar "Vida", "Amor", "Misterio", "Fundamento"... simples palabras que apuntan a la Realidad última que sostiene y engendra todo a cada instante. 
Eso Buda vivió y lo llamó Vacío. Eso Jesús vivió y lo llamó Padre.
Eso Rumi vivió y lo llamó El Aliento de todos los alientos.

En realidad no somos nosotros que vivimos la vida: es la Vida que nos vive. Aquí radica la cuestión.
Por eso vivir es creer. Y por eso no existe el ateismo. El ateismo es simplemente una fórmula mental. Un error del lenguaje. El ateo que dice no creer está vivo y su vida misma contradice lo que dice. La negación de Dios del ateismo es una negación puramente lógica y mental que no toca lo real.
Al final creer o decir "creo" es afirmar que vivimos, es darse cuenta de la vida. Vida y fe coinciden. Son la misma y única realidad.
La fe, mejor expresada como "confianza", pasa por tomar conciencia cada vez más de la vida, vivir más conscientemente y plenamente.
Vivir la vida en plenitud: que se exprese o no, esta es la fe más pura. Porque es dejar, conscientemente, que Dios te viva.

"Que alivio es estar vacío. Dios puede vivir tu vida" decía Rumi.

Que lo sepas o no, tu vida es tu fe. Dios expresándose en ti: que tu mente lo reconozca y lo exprese es secundario. Saberlo facilita el camino. Experimentarlo hace de tu vida una obra de arte.











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